No sé si habré llegado a tiempo,
no sé si es este mi lugar.
Tampoco miro el calendario,
de día todo pinta igual.
Quizá me encierre en los recuerdos.
Volver a casa no está mal,
las calles huelen a nostalgia.
De noche nada luce igual.
Iré volando al otro lado
donde el pasado es inmortal.
El aire es frio en el invierno.
La gente es fría de normal.
Y caminando sobre el río,
con las estatuas por detrás,
me veré entrando en el castillo
y llegaré a la catedral.
En el tranvía de mis sueños,
que siempre supo ser puntual,
iré rodando hasta la plaza
oyendo artistas al compás.
Bajo el reloj de la inocencia
los niños miran la función.
A mi derecha un cuento de hadas,
torres, princesa y un dragón.
Puentes, cúpulas e historia
cantan óperas de amor.
Y los judíos mientras tanto
rezan a Dios en Josefov.
Y yo me subo hasta lo alto
donde la vista es la mejor,
y pienso que me diste tanto
que me has tocado el corazón
Espero verte muy muy pronto,
ciudad de frío y de calor.
Por la rivera del Moldava
volveré hasta tu estación.